La catedrática en psicología Helena Matute explica en su ensayo «Nuestra mente nos engaña: Sesgos y errores cognitivos que todos cometemos» lo que son los sesgos cognitivos de nuestro cerebro y cómo nos pueden afectar a nuestras decisiones y por lo tanto a nuestra vida.
El concepto de «sesgo cognitivo» me apasionó cuando lo descubrí y tuve que hablar de él en el artículo sobre el libro Fahrenheit 451, historia en la que Ray Bradbury nos quiso prevenir contra la manipulación de la publicidad, del marketing y de las pantallas gigantes y televisiones que obnubilan el pensamiento.
Helena Matute sabe explicar de manera amena y con ejemplos de la vida misma lo que son los sesgos cognitivos de nuestro cerebro. Nos habla en particular de algunos tipos de sesgos y cómo nos perturban en nuestras decisiones y en nuestra vida. Nos mostrará cómo afectan a nuestra percepción de la realidad y a nuestra memoria, cómo pueden ser utilizados para manipularnos y cuál sería la solución para tomar las decisiones adecuadas.
Apreciación de la realidad:
Los sesgos cognitivos son errores de apreciación de la realidad. Y ese funcionamiento mental viene del hombre prehistórico que debía intuir que una sombra extraña podría ser un león y no una simple sombra. Como dice el ensayo:
«En la naturaleza hay que actuar rápido y la única decisión que tiene sentido es la primera, aun sabiendo que da lugar a falsos positivos».
Es un poco lo que avisaba el filósofo Platón con el mito de la caverna del que hablé en la reseña del libro Ubik de Philip K Dick.
Falsos positivos:
Es la sombra que nos hace creer que hay un león donde no lo hay; mientras que un falso negativo es creer que es una simple sombra cuando en realidad hay un león.
«Nuestros errores están siempre sesgados en la dirección menos letal».
Es por eso que tendemos de manera instintiva a ponernos a la defensiva y agresivos en cuanto tenemos miedo de algo (un peligro real o subjetivo).
La atención
Pero nuestra apreciación también esta sesgada en lo que se refiere a nuestra atención. Percibimos demasiada información con todos nuestros sentidos, así que debemos ser capaces de concentrarnos y seleccionar bien a cuáles hacemos caso. Esa elección hará que no veamos u oigamos otros estímulos. Los magos se aprovechan de este funcionamiento de nuestro cerebro para sorprendernos. Pero también los publicistas, o incluso los escaparatistas de las tiendas, que atraen nuestra atención para que no veamos el resto de tiendas o productos disponibles.
Memoria
Nuestra memoria se ve también afectada por los sesgos cognitivos. No tenemos recuerdos puramente factuales, todos incluyen emociones.
«La adaptación no consiste en percibir y recordar fielmente la realidad, sino en percibir y recordar aquello que nos ayude a tomar decisiones más adecuadas para lograr un mayor nivel de supervivencia.»
El efecto Google
Helena Matute ha introducido muchas anotaciones y referencias a libros y experimentos para enriquecer sus explicaciones. Con respecto a la memoria, nos habla del «efecto Google» (Sparrow, Liu y Wegner, 2011). Consistiría en un funcionamiento de nuestro cerebro que, cuando sabe que puede encontrar la información fácilmente en Google, no hace ningún esfuerzo en recordarla. Al parecer nos estamos volviendo vagos en el esfuerzo de memorizar datos, algo que ya comenté en el artículo sobre el ensayo del mundo digital.
El condicionamiento Pavloviano
Pero los sesgos cognitivos pueden afectarnos aún más. Por ejemplo, el ensayo habla del condicionamiento pavloviano: debido a la repetición de ciertos comportamientos, la memoria hace que el cerebro ordene a nuestro cuerpo ciertas reacciones fisiológicas para anticipar lo que espera que va a ocurrir. Una demostración sería el hecho de salivar cuando la hora de la comida se acerca. Es algo de lo que también hablé en el artículo sobre alimentación y salud. Según el doctor Jason Fung debemos luchar contra ese condicionamiento para vencer la resistencia a la insulina.
Hackear la mente
Pero los ensayos de los que habla Helena Matute van mucho más allá, y demuestran que podrían hackear nuestra mente, ya que estas vulnerabilidades de nuestro cerebro son enseñadas a los políticos, a los estudiantes de marketing. Un ejemplo, un grupo de terapeutas ha conseguido implantar falsos recuerdos en 50% de participantes a un experimento.
Tipos de sesgos cognitivos:
La escritora no pretende que su libro explique todos los sesgos cognitivos conocidos. Pero sí que va a explicar algunos de los más conocidos.
Citará con ejemplos el sesgo cognitivo de la inercia, el del consenso o del grupo, el de la confianza, y el sesgo de causa-efecto. Además de los cuatro siguientes:
Sesgo de familiaridad:
Es el sesgo cognitivo que nos hace reducir nuestra atención cuando sentimos que estamos en terreno conocido. Ejemplo de Helena Matute:
«¿Dónde hay más accidentes de carretera? En las carreteras cercanas a casa. ¿Por qué? Porque como son más familiares nos dan mayor sensación de seguridad.»
Sesgo del punto ciego:
«Son los demás los que caen en los sesgos, tralará, tralará. (…) Por lo general la mayoría solemos pensar que nos libraremos de enfermedades graves (en comparación con nuestros conocidos), y que en el futuro tendremos más dinero que ellos, y que la media.»
El sesgo cognitivo del punto ciego es nuestra dificultad para detectar nuestros propios sesgos. Ay, este explica también muchas cosas de esta época covid19 que estamos viviendo… 😉
Sesgo de disponibilidad:
Tras un accidente de avión tenemos tendencia a no coger aviones, eso fue lo que pasó después del 11/09/2001, lo que hizo que aumentaran los accidentes de coche. Pero este sesgo cognitivo también afecta a nuestra apreciación:
«Una mentira repetida mil veces se convierte en realidad»
Helena Matute cita el ejemplo del libro 1984 de George Orwell, cuyo personaje principal trabajaba en el Ministerio de la verdad, para modificar los hechos históricos. Otro libro que también recomiendo leer.
Sesgo de confirmación: el más importante
«Consiste en esa tendencia que tenemos todos a buscar información que confirme nuestras hipótesis en vez de buscar información que nos ayude a falsarlas.»
Es por eso que pienso que es el sesgo cognitivo que más debemos tener en cuenta en la construcción de nuestra propia opinión.
Es decir, que nuestros puntos de vista sobre la sociedad van a contribuir a creer en la posverdad y las falsas noticias que serían propiciadas por una tendencia política cercana a lo que pensamos.
Y si añadimos el sesgo de disponibilidad: cuantas más veces veamos esa falsa noticia más pensaremos que es cierta. Hay que tener mucho cuidado en lo que creemos.
Solución
Helena Matute nos da la receta para evitar tomar malas decisiones influenciadas por nuestros propios sesgos cognitivos:
«Era fundamental detenerse y pensar. Pensar, pensar, pensar: es la única defensa frente a los sesgos. ¡Párate y piensa!»
Por supuesto que no podemos volvernos seres racionales y pensar a todas horas, pero recomienda que para las decisiones importantes nos tomemos nuestro tiempo.
La escritora nos recomienda un libro que he anotado en mi lista de lectura: «Pensar rápido, pensar despacio» de Daniel Kahneman. Según él, tenemos dos tipos de funcionamiento cerebrales, un sistema automático y un sistema manual o racional. Tenemos pues que tener consciencia de nosotros mismos y decidir la acción de pensar, en lugar de dejar siempre a nuestro sistema automático controlar todas nuestras decisiones.
Recomendación
Si has llegado hasta aquí, sabrás que recomiendo muchísimo la lectura del ensayo «Nuestra mente nos engaña: Sesgos y errores cognitivos que todos cometemos» de Helena Matute. Como dije al principio, es una lectura amena, plagada de ejemplos fáciles de entender, y con anotaciones y referencias a otros libros para los que tengan más curiosidad.
Voy más lejos de la solución que propone Helena Matute y te recomiendo lo mismo que puse en el artículo del libro Fahrenheit 451: leer mucho, y estar abierto a leer información en contradicción con lo que pensamos, para fortalecer nuestra mente crítica y tolerante.
Y si te interesa lo que el mundo digital y las redes sociales afectan a nuestro cerebro y a nuestra sociedad, te invito a leer el artículo sobre el mundo digital del ensayo L’homme nu.
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Foto de un león en contraluz de Ivan Diaz encontrada en Unsplash.