Ravage es un libro de ciencia ficción distópico, apocalíptico y utópico publicado en 1943 y escrito por René Barjavel, joven periodista francés de unos treinta años. Fue un precursor de la ciencia ficción francesa antes de que los escritores americanos como Isaac Assimov o Lovecraft llegaran a Europa. A pesar de que Ravage ha sido un enorme éxito en Francia, donde se han vendido más de un millón de ejemplares y leído en colegios, nunca ha trascendido en otras lenguas. Hoy en día se trata de un clásico que sigue en las listas de libros preferidos de ciencia ficción de los franceses.
Quise leerlo cuando me di cuenta de que Esteban Bentancour tenía razón en que muchas obras de ciencia ficción francesa no eran traducidas. A pesar de haber sido pioneros de la ciencia ficción con Julio Verne, los franceses no habían tenido después una gran repercusión mundial en la literatura de género. Otra razón para leerlo era que Ravage está clasificado como distopía por su visión pesimista sobre el progreso científico y tecnológico. Pero en realidad lo que más marca en el libro es el apocalípisis que se vive y la reconstrucción utópica postapocalíptica.
Atención, como pensaba que el libro no había sido traducido*, he ido más lejos en el análisis y he añadido bastantes spoilers. Prefiero avisar porque normalmente los tengo prohibidos.
Resumen del libro Ravage
La historia comienza con la presentación del mundo en el año 2052, y en particular, de un París futurista. También descubrimos a sus personajes principales: François Deschamps de 22 años y Blanche Rouget de 17. Ambos proceden del mismo pueblo y están buscándose la vida en la capital. Pero pronto el título del libro Ravage : «Devastado» cobra sentido.
Ravage se divide en cuatro partes:
1. Nuevos Tiempos (Les temps nouveaux)
En esta primera parte descubriremos que en 2022 se reemplazó la energía atómica, utilizada en ferrocarriles y aviones, por combustibles fósiles y minerales. Un material llamado Plastec se utiliza en 2052 para todo; en muebles y hasta para reemplazar el revestimiento en hormigón de las carreteras. La alimentación se ha industrializado: los vegetales crecen en contenedores o jardineras dentro de fábricas con luz artificial; y la carne es un sucedáneo que consigue reproducir el verdadero sabor. La ropa está hecha de tejido de nitrógeno. Los coches funcionan con la “quintaesencia” (proveniente de la fermentación y destilación del agua del mar con grandes cantidades de oxígeno). Y se está tramando la revolución de los hombres y mujeres negros del sur de América. Entre tanto, alguien intenta separar a François y Blanche, amigos de infancia. Y Blanche muestra deseos de éxito e independencia.
2. La caída de las ciudades (La chute des villes)
En esta parte veremos que el Imperio sudamericano envía misiles a los Estados Unidos del norte debido al conflicto racial. Y poco rato después, en Francia la electricidad desaparece y con ella los sistemas de comunicación, de transporte e incluso de alimentación. El agua empieza a escasear y un fuego empieza a quemar París. Es el apocalipsis y François intenta reunirse con Blanche.
3. El camino de cenizas (Le chemin de cendres)
François, acompañado de un pequeño clan que constituye alrededor suyo, consigue salir de París. En esta parte del libro tienen que sobrevivir a robos, hacerse con armas, enfrentarse a gente desesperada, conseguir agua, calmar el hambre… François intenta llevarles hacia su ciudad natal, entre Marsella y Grenoble. Es una parte del libro cargada de aventuras y con algunas referencias al Apocalipsis religioso ya que tendrán que solventar plagas, tormentas, fuegos, e incluso la locura.
4. El patriarca (Le Patriarche)
Aquí estamos en la parte utópica del libro, en la que los supervivientes construyen una comunidad basada en valores de la vida rural de antaño, sin electricidad. El líder definirá en concertación con todos los supervivientes las nuevas reglas de vida para evitar un nuevo apocalipsis y repoblar el mundo.
París futurista y distópico:
Se sabe que René Barjavel leía mucho a H.G. Wells y su París futurista con sus rascacielos recuerda a las ciudades que H. G. Wells describió en “Cuando el dormido despierta” (ver ¿qué es distopía?). Pero se ve sobre todo que estaba al corriente de la tendencia urbanista de la época con el arquitecto “Le Corbusier” (https://es.wikipedia.org/wiki/Le_Corbusier). Los planes de renovación de Le Corbusier era destruir las viviendas de las ciudades para construir grandes torres, a la excepción de las antiguas iglesias. Barjavel nos muestra en Ravage lo que sería “La Ville Radieuse” de “Le Cornemusier” donde solo el Sacré-Coeur (La iglesia del Sagrado Corazón) habría sido conservado. El plan urbanístico del verdadero arquitecto Le Corbusier fue un plan de renovación de París muy polémico que existió en la época, y que afortunadamente nunca se llevó a cabo. En su historia, Barjavel estaba criticando esa tendencia urbanística de las ciudades con grandes rascacielos.
La crítica al Progreso, a la ciencia y a la tecnología.
Todo el libro es una crítica al Progreso, a la gran dependencia de la humanidad en la tecnología para sobrevivir, y a la degeneración que crea perderla.
En la segunda parte del libro, el Emperador negro del sur de América anuncia el lanzamiento de unos misiles que, al explotar a un metro de su objetivo, crearán el desierto alrededor de ellos. Sorprendre en un libro escrito en 1942, años antes de que las bombas atómicas cayeran en Japón, descubrir la descripción del funcionamiento de esos misiles, del efecto que engendraría en el terreno repleto de cenizas… Con Ravage, René Barjavel anticipó lo que estaba por venir años más tarde.
A partir de ese ataque de misiles y la pérdida de la electricidad se crea un gran caos en Francia y el protagonista lo explica de esta manera:
“Todo es culpa nuestra. Los hombres han liberado las fuerzas terribles que la naturaleza tenía por precaución encerradas. Han creído que podrían dominarlas. Lo han llamado Progreso. Pero es un progreso acelerado hacia la muerte. Se emplean durante un tiempo esas fuerzas para construir, pero un día, porque los hombres son hombres, es decir, seres en los que el mal domina al bien, porque el progreso moral de los hombres no ha sido tan rápido como el progreso de su ciencia, la convirtieron en útil de destrucción.”
Los expertos creen que ese pesimismo frente a la tecnología y la ciencia de Barjavel podía deberse al hecho de que Francia estaba ocupada por los alemanes en el momento de la escritura. Pero también hay quien cree que Barjavel era un defensor de la vuelta a las tradiciones y a la familia tal y como el gobierno francés de la época sostenía, solidarios a algunos ideales alemanes.
La utopía rural (spoilers)
Ravage no hace solo una crítica de la tecnología. La historia se prolonga hasta plantearnos una utopía de la vuelta a la naturaleza. Se cultiva de nuevo en la tierra y no en industrias alimenticias, y se trabaja a fuerza de animales y hombres, sin tractores u otro tipo de máquinas.
Ya se habían visto utopías que ensalzaban el ideal del contacto con la naturaleza y del trabajo en la agricultura. En el artículo ¿qué es utopía? mencioné “Noticias de ninguna parte” de William Morris que fue publicado en 1890, medio siglo antes de Ravage. Pero hay expertos que creen que René Barjavel quiso en realidad hacer una sátira de esa utopía rural anti-tecnología llevándola a los extremos. Lo explico a continuación.
El patriarcado (spoilers)
La vuelta al ideal familiar clásico de 1943 implicaba:
- que las mujeres tuvieran un papel de servitud con respecto al hombre;
- que los hombres se dejaran de sensiblerías, y fueran a buscar alimento aunque para ello tuvieran que matar o arriesgar sus vidas.
Eso explica que los hombres fallecieran más que las mujeres. No tenían elección ya que había que protegerlas; todas parecen débiles, o mayores, o embarazadas o lo más gracioso (bueno, a mí me hizo gracia, gracioso no es…) están enfermas: la pérdida de la electricidad estaría detrás de una extraña enfermedad que solo afecta a las mujeres vírgenes. Quizás me hizo gracia porque esta enfermedad me recordó la distopía del matriarcado de Naomi Alderman donde, todo lo contrario, las mujeres descargaban electricidad…
Los hombres son responsables de todo, y lo mismo que cultivan la tierra, también tienen que “sembrar” en varias mujeres para repoblar el mundo. De forma lógica, el líder de esta sociedad utópica convence a las mujeres de que, al ser más numerosas, tienen que aceptar la poligamia para que todas puedan procrear. Si no, solo las guapas podrían encontrar marido y las feas no tendrían hijos… Os aseguro que está explicado en el libro con estos argumentos. A estas alturas de la lectura ya estaba cabreada.
Además, el aprendizaje de la escritura está limitado a los jefes de las poblaciones, para no alentar la especulación del pensamiento, el desarrollo del razonamiento ni la repetición de errores. Es mejor que el pueblo esté más en relación con la realidad que con la ficción, decía. Además, queman libros que hablan de tecnología o del pasado de las ciudades. Solo se salvan los libros de poesía y obras sin riesgo de dar ideas de progreso.
Esta utopía rural, patriarcal y clasista ha hecho que no me proyecte ni en el mundo tecnológico del principio, ni en el mundo anti-tecnologíco del final. ¿Es lo que pretendía René Barjavel? ¿Criticaba ambas organizaciones? No creo que nunca lo sepamos.
Ciencia ficción sin ciencia:
Los expertos en ciencia ficción reprochan a este libro que no se justifique científicamente lo que ha generado el apocalipsis. Dicen que es un libro de ciencia ficción sin ciencia, ya que no explica qué es lo que ocurre con el hierro, con el campo magnético o con la electricidad. Y no hablemos de la enfermedad de las vírgenes… no tiene ni pies ni cabeza.
Pero nadie pone en duda el carácter prospectivo y futurista de este libro, sobre todo en lo que se refiere a la utilización de bombas atómicas que asolaron la población japonesa, y a la biotecnología con la alimentación industrial o los sucedáneos de carne. En esto Ravage se confirma como un gran libro de ciencia ficción.
Conclusión y continuación
A pesar de ser un libro clásico narrado en tercera persona, se lee bastante bien. Al principio por el sentido de la maravilla. Después, por saber lo que va a ser de nuestros protagonistas dentro del drama que están viviendo. Si se hace abstracción de los fallos ya citados, me parece una lectura muy recomendable.
Barjavel quiso dar una continuación a Ravage y publicó en 1944, un año después, Un voyageur imprudent (Un viajero imprudente) que está muy inspirado en La máquina del tiempo de H.G. Wells. No parece que sea una historia muy original, pero se considera el primer libro de viajes en el tiempo donde se enuncia la paradoja del abuelo que David Nel explicó tan bien en este artículo: https://www.davidnel.com/paradojas-temporales/#1_La_paradoja_del_abuelo.
Espero que algún día se traduzcan más libros de ciencia ficción francesa al español, y viceversa.
*Gracias a la publicación de este artículo he aprendido que sí hubo una traducción de Ravage en Argentina en 1974 con el título: «Destrucción», y no «Devastado» que sería la traducción literal que yo he hecho. ¡Gracias a R.J. Random por esta información!
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La foto de la portada es de «Brigitte makes custom works from your photos», la foto de la ciudad en llamas es de JL G, la foto del agricultor asiático con un búfalo es de Sasin Tipchai y la foto del plátano de chorizo es de Steve Buissinne. Todas han sido encontradas en Pixabay. Salvo la foto de los rascacielos de París que es mía.
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