Pórtico de Frederik Pohl es uno de los libros de ciencia ficción más premiado de la historia. Fue el primero de una tetralogía, aunque la trama esté bien cerrada. Se publicó en 1977, obtuvo los premios Hugo 1978, Nebula 1977, Locus 1978 y el John W. Campbell Memorial, y se convirtió en la única novela en toda la historia de la ciencia ficción que haya obtenido esos cuatro galardones. Algo que caracteriza su estilo es la ironía, su prospección científica y la profundidad psicológica. Frederik Pohl es autor de más de cien obras, la mayoría de ciencia ficción. En total obtuvo 2 premios Hugo y 3 Nebula, lo que también es un récord a día de hoy.
La tetralogía está constituida por los siguientes libros:
- Pórtico, de 1977 (el libro del que hablaré en este artículo)
- Tras el incierto horizonte, de 1980
- El encuentro, de 1984
- Los anales de los Heechee, de 1987
Esta saga sería continuada con una serie de relatos en el libro «Los exploradores de Pórtico» de 1990, y también «El muchacho que viviría para siempre» de 2004, contenido en la antología Horizontes Lejanos de Robert Silverberg.
Frederik Pohl es Gran Maestro Nebula y miembro de los famosos Futurians que iniciaron el fandom estadounidense en los años treinta, herederos de la mítica Science Fiction League fundada en 1934 por Hugo Gernsback.
Resumen de Pórtico:
La historia de Pórtico gira entorno al descubrimiento de una base espacial, legado de una civilización huida de nuestra galaxia mucho antes del origen del hombre: los Heechees. Esa base abandonada es el misterioso Pórtico.
Nuestro protagonista, Robinette Broadhead, no tuvo suerte en la vida hasta el día en que pudo pagarse su pasaje a Pórtico.
Pórtico es la frontera hacia mundos desconocidos. Representa la posibilidad de ganar fortunas para los valientes pioneros que no tienen miedo de embarcarse en naves extrañas hacia destinos desconocidos.
Robinette ha sido uno de esos aventureros. Se ha hecho rico.
Entonces, ¿por qué necesita, semana tras semana, ir a confiarse a un ordenador psicoanalista Sigfrid Von Shrink, al que detesta?
7 temas sociales que destaco en Pórtico:
1. Inteligencia Artificial (I.A.) remplazando los psicoterapeutas:
Entre 1964 y 1966, Joseph Weizenbaum del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) presentó un programa llamado ELIZA que simulaba a un psicólogo. Se llegó a creer que ese programa superaba el test de Turing (un test para comparar la inteligencia artificial con la de un humano).
Se cree que Frederik Pohl se inspiró en este programa para crear el personaje de Sigfrid Von Shrink, un personaje secundario pero importante en toda la historia. Como prueba, en el libro se suceden capítulos con pasajes de los primeros años en Pórtico del protagonista Robinette Broadhead, con otros en los que su yo del futuro hace sesiones de psicoterapia recordando algunos momentos de su vida. Gracias a esa terapia, descubrimos más cosas sobre el personaje, su lado torturado, su infancia… pero también sobre lo que la inteligencia artificial es capaz de hacer:
“Observa continuamente todos mis parámetros físicos: conductividad cutánea, pulso, actitud de ondas beta, en fin, todo. Obtiene indicaciones de las correas que me sujetan sobre la alfombra, acerca de la violencia con que me retuerzo. Mide el volumen de mi voz y lee sus matrices en el espectro. Y también conoce el significado de las palabras”
“No hay nada de malo en ello. Es como si un amigo te viera enrojecer o tartamudear, o chasquear los dedos”. Le responde Sigfrid.
Pero el protagonista está mosqueado, tiene miedo de una intromisión en su intimidad:
“¿Qué otros secretillos me has robado? ¿Cuentas mis erecciones? ¿Has escondido un micrófono en mi cama? ¿Me has interceptado el teléfono?”
Robinette desprecia a la IA desde el principio: «Es extremadamente listo, considerando lo estúpido que es», dice. Y haciéndolo realiza un homenaje a Sigmund Freud, con una pretendida sátira de lo que es un psicoanálisis.
Pero Pórtico destaca por no limitarse a contarnos un space-opera, e incluir un tema todavía en debate entre científicos y filosóficos sobre la capacidad de la IA a sobrepasar su programación, que ya vimos en el libro Homo Deus de Yuval Noah Harari. Sigfrid pregunta a Robinette:
“¿Por qué insistes en recordarte a ti mismo que soy una máquina? ¿O que no te cuento nada? ¿O que no puedo transcender mi programación?”
“Yo no puedo sentir los sentimientos. Sin embargo, puedo representarlos con modelos, analizarlos y evaluarlos.”
¿Llegará un día a ser posible que la inteligencia artifical tenga sentimientos?
2. Las condiciones de vida en las Minas de alimentos y la inmigración:
Robinette hereda de su padre el trabajo en las minas como taladrador. Un trabajo importante puesto que permite alimentar a todos los humanos debido a la sobrepoblación y la falta de recursos. Pero la herencia de ese trabajo no es ningún regalo:
“Trabajas dos turnos de seis y diez horas. Ocho horas de sueño y otra vez a empezar; la ropa te apesta siempre a pizarra. No puedes fumar excepto en cuartos herméticamente cerrados. La niebla del petróleo se posa por doquier”
Nos muestra así un mundo donde los trabajadores son explotados.
“Mi madre no fue la única entre los mineros que necesitó un nuevo pulmón; y tampoco fue la única que no pudo pagarlo”.
Esas difíciles condiciones de vida empujaban a muchos a escapar de la Tierra a Venus de manera ilegal, o de Pórtico hacia la exploración arriesgando sus vidas.
Evidentemente esta situación nos recuerda el problema de la inmigración que llega a algunos países occidentales en pateras o barcos sin ninguna garantía de sobrevivir.
3. Los pioneros y el valor para arriesgar su vida
Los prospectores, los que arriesgaban su vida para explorar los mundos a través de Pórtico tienen contratos sobre lo que pueden encontrar y la parte de ganancia que recuperarían. Pero su real motivación era escapar de sus lamentables condiciones de vida, como comenté antes.
“Detesto la idea de tener que morir alguna vez; dejar de vivir, ver que todo se detiene y saber que todos los demás siguen viviendo…. Pero detestaba todavía más la idea de volver a las minas de alimentos”.
Me ha gustado mucho descubrir a un héroe con dudas frente a ese tipo de aventuras, que no acepta a ciegas jugarse la vida para hacer descubrimientos por la ciencia. «No es miedo, es prudencia», dirá el protagonista a un momento dado. Pero es cierto que esa cobardía y su forma de tratar a la IA que vimos antes, contribuyen a que el personaje no nos resulte simpático y muchos lectores no consigan empatizar con él a pesar de sus problemas.
En cualquier caso, Robinette Broadhead se sigue sintiendo explotado:
“Las sociedades enfermas exprimen a los aventureros como si fueran granos de uva”.
Se comparará incluso con los marineros de Colón o los pioneros que atravesaron el territorio comanche.
4. La homosexualidad:
“Un hombre que lucía un pendiente de oro estuvo a mi lado unos momentos, pero tampoco entendí lo que decía (aunque sí, y muy bien, lo que quería decir)”.
Ahora con las redes sociales creo que nos hemos olvidado de los signos visuales que se necesitaban en los años 80-90 (y antes) para reconocer personas con los mismos intereses sexuales. O al menos, no creo que sean tan universalmente conocidos como el pendiente de los hombres homosexuales lo fue.
Pero lo que más me ha gustado de este libro escrito en los años 70 es su aceptación de la homosexualidad sin tabús. Aparece de forma natural, y no como los personajes LGBT de algunas series actuales en streaming. Pórtico va más allá y da por entendido que un heterosexual puede tener una parte de tendencia a la homosexualidad, no siendo todos seres binarios: o 0% o 100%. Es sorprendente que no se comente más en las reseñas de este libro.
5. Creer o no en la ciencia:
A un momento dado hablan de astrología, y lo citan como una superstición comparado con la ciencia. Me gusta la respuesta, que se podría aplicar a muchos escépticos de la ciencia actuales 😉:
“Si crees, perfecto; si no crees…, bueno, no tienes que creer en la ley de la gravedad para estrellarte contra el suelo al caer de un edificio de doscientos pisos”.
Esto demuestra que el debate viene de lejos…
6. Neurocienca y psicología:
Aunque a mucha gente le resulta aburrida la psicoterapia de este libro, a mí me ha parecido muy interesante ver cómo Frederik Pohl incluye en un space-opéra sus amplios conocimientos en psicología. Me ha gustado especialmente las citaciones hacia el propio boicot del inconsciente del protagonista:
“Hay personas que nunca sobrepasan un cierto punto en su desarrollo emocional. No pueden llevar una vida normal, despreocupada y de concesiones mutuas con un compañero sexual más que un corto espacio de tiempo. Hay algo en su interior que no tolera la felicidad. Cuanto mayor es ésta, más necesidad tienen de destruirla.”
“Una parte de tu doble naturaleza quiere triunfar, y la otra quiere fracasar. Me pregunto cuál de las dos dejarás ganar”.
7. El maltrato a las mujeres:
Algo que las reseñas tampoco citan muy a menudo es este pasaje en el que Robinette intenta malamente justificar la agresión a una mujer:
“Era la peor señal que podía darme. El motivo por el cual los lobos no se matan unos a otros es que el más pequeño y débil siempre se rinde. Da varias vueltas sobre sí mismo, se descubre la garganta y agita las patas en el aire para señalar que está vencido. Cuando esto ocurre, el vencedor es físicamente incapaz de seguir atacando. Si no fuera así, ya no quedarían lobos. Por este mismo motivo, los hombres no suelen matar a las mujeres, ni siquiera a golpes. No pueden. Por mucho que deseen hacerlo, su maquinaria interna se lo impide. Pero si la mujer comete el error de darle una señal diferente golpeándole primero…”
¿Qué te ha parecido? Es interesante ver personajes con esos dilemas internos, con valores en disonancia cognitiva (ver artículo 1984, George Orwell). La psicoterapia con la IA le ayudará a entender su error.
Otras curiosidades de Pórtico:
- El protagonista nos habla de la extensión de la vida solo para ricos. En Pórtico existen certificados médicos completos que permiten a la gente que puede pagarselo vivir más años y mantenerse jóvenes. Es una de las alertas que da Yuval Noah Harari en Homo Deus.
- El petróleo está por todos lados, hasta el punto de que se lo comen. Sin él, segun el libro, habría hambre en Texas y raquitismo en Oregón ya que las levaduras y bacterias son cultivadas en petróleo. Es una clara crítica a todos los productos que surgieron compuestos de petróleo en su época:
“Y el petróleo va goteando sobre los invernaderos y las espumaderas lo recogen, lo secan y lo prensan… y nosotros lo comemos”.
- Pórtico tiene muchos cortes en la narración con anuncios o entrevistas, algunos con un toque de humor, otros con información sobre Pórtico y los Heechees. Uno de los anuncios que me llamó la atención habla de un invento para las tripulaciones de naves espaciales mixtas con fumadores y no fumadores. El anuncio proponía «boquilla Supresora de Humo, que permite disfrutar de todo el sabor del cigarrillo y ahorra el humo a sus compañeros de tripulación». ¿Frederik Pohl anticipó los cigarrillos electrónicos de nuestros días? 😉
Saga Pórtico o Los Heechee:
Si Fundación de Isaac Asimov fue la serie de los años cincuenta, Dune de Frank Herbert de los sesenta, esta saga es la de los años setenta.
Pórtico es una historia autoconcluyente, pero no responde a las preguntas sobre los Heechees. Todos los objetos encontrados de los Heechees no son descifrados.
“¿Significa esto que los Heechees podían percibir cinco dimensiones?”
“Las naves que se encuentran en Pórtico son capaces de vuelos interestalares a mayor velocidad que la de la luz. El medio de propulsión es desconocido…”
Deja una pregunta abierta para el resto de la saga: ¿Por qué una civilización tan poderosa como los Heechees ha decidido huir ante una gravísima amenaza que hace temer por el futuro de toda la galaxia?
Conclusión de Pórtico
Es un libro que destaca por su sentido de la maravilla, por el descubrimiento de Pórtico y de los vestigios de la civilización Heechee. Tiene temas tristes e incluso lúgubres, pero está contado con un tono ligero y con toques de humor que hace que sea sencillo de leer. Es autoconclusivo con un final que no te dejará indiferente.
Tienes que leer Pórtico si te gustan los Space-Opéra, los libros que mezclan ciencia y humanismo, si eres amante de la ciencia ficción o simplemente quieres encontrarte con los temas que he comentado en este artículo y hacerte tu propia opinión. La trama y sus personajes te cautivarán. Es impresionante que pueda ser tan actual a pesar de estar escrita antes de 1977. ¡Te lo recomiendo!
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La foto de de la portada es de Yuri B encontrada en Pixabay, la imagen de la psicoterapia es de Nik Shuliahin encontrada en Unsplash, la del robot con una cara humana que llora es de Comfreak encontrada en Pixabay, la de la nave espacial hacia un espacio lleno de colores es de Peter Fischer, y la del cerebro en un círculo es de Gerd Altmann, ambas encontradas en Pixabay.