Me he dado cuenta de que a mi blog llegan personas buscando el significado de distopía adolescente. Lo curioso es que no es algo que haya comentado mucho. En el artículo ¿qué es distopía? tan solo escribí que la «distopía adolescente» es un subgénero de aventuras distópicas.
¿Qué obras se incluyen en distopía adolescente o distopía juvenil?
Antes de intentar comprender este subgénero de la distopía, voy a darte una lista de novelas/películas que he encontrado catalogadas así.
Para empezar, las historias que todo el mundo cita como pioneras de este subgénero:
- La larga marcha, 1979 de Stephen King como Richard Bachman
- Battle Royale, novela de 1999 de Koushun Takami que se vendió como un best-seller. Kinji Fukusaku hizo en 2000 una adaptación cinematográfica con una segunda película de 2003 codirigida con Kenta Fukasaku. El escritor Takami decidió hacer un manga que cuenta con secuelas distintas a las películas.
Igual que consensualmente se habla de tres grandes distopías clásicas: 1984, Un mundo feliz y Fahrenheit 451; en este subgénero de «distopía adolescente» las obras que han creado precedente por sus libros y adaptaciones cinematrográficas son las siguientes tres sagas:
- Los Juegos del Hambre, trilogía de Suzanne Collins publicada a partir de 2008, y llevadas a películas de 2012 a 2015.
- Divergente, Insurgente y Leal, trilogía de Veronica Roth publicada a partir de 2011, y saga de películas de 2014 a 2017
- El corredor del laberinto, trilogía de James Dashner, publicada a partir de 2009. Adaptación a película por Wes Ball a partir de 2014, pero también se han hecho juegos de ordenador de este libro, considerado Best Seller.
He hecho una lista de otros libros y películas que he visto clasificados como distopías juveniles o adolescentes (aunque no todos han sido traducidos al español). Pero no es una lista exhaustiva y no habiéndolos leído o visto, no puedo recomendarlos:
- The Giver (1993), tetralogía de Lois Lowry, y película en 2014.
- Mañana, cuando la guerra empiece, siete novelas entre 1993 y 1999 de John Marsden, película de 2010 de Stuart Beattle
- Mi vida ahora, best-seller de Meg Rosoff publicado en 2004, película de 2013 de Kevin McDonald
- La puntuación (2013), de Lauren McLaughlin
- La caza (The Hunt) de Andrew Fukuda, publicada en 2012.
- Trilogía Delirium (2011), Pandemonium (2012), Requiem (2013) de Lauren Oliver
- Despierta. Across the Universe (2012), de Beth Revis
- Legend (2011), tetralogía de Marie Lu
- Juntos (Matched), trilogía de Ally Condie, primera publicación en 2010
- Traición (Uglies – 2005), de Scott Westerfeld
- Incarceron (2007), de Catherine Fisher
¿Cómo definiría a las distopías adolescentes?
Para mí, los criterios que caracterizan este subgénero de distopía adolescente o juvenil son los siguientes:
- Personajes jóvenes, e incluso adolescentes, a menudo chicas que se van empoderando a lo largo de la historia.
- Trama de aventuras con múltiples pruebas mortales, o al menos mucha acción
- Rebelión contra algo (conocido o no) que es impuesto por la sociedad – de ahí la clasificación en el subgénero de la distopía
- Trama amical y romántica importante, segundo motor de la historia con la acción. Con algún que otro triángulo amoroso a la moda de Crepúsculo. A veces, con escenas subidas de tono.
- A menudo sagas (trilogías, tetralogías…), con adaptación cinematográfica o en forma de juego de ordenador si tienen éxito
- Los finales de la saga suelen ser felices, pero entre las diferentes partes hay finales abiertos y cliffhanger para enganchar con la continuación.
¿Por qué se las llama distopía juvenil o adolescente?
Aunque parezca evidente son historias que se orientan a lectores jóvenes. Se apoyan en las emociones de la adolescencia: la búsqueda de la propia identidad, el cuestionamiento sobre los orígenes y el futuro, el enigma del deseo del otro, etc. Para algunos psicólogos, la aventura del héroe habla principalmente del desarrollo adolescente. El sistema totalitario representaría en realidad el combate interno para crear su propia personalidad frente al mundo parental y autoritario. Los psicólogos explican que los jóvenes deben encontrar su singularidad, atravesar una fase de exclusión para al fin encontrar su sitio dentro de un grupo social, de la comunidad. Vamos, lo que la mayoría de sus tramas están representando.
Es por eso que muchos de estos libros incluyen importantes mensajes emocionales sobre la búsqueda de sí mismo y la construcción de relaciones amicales y amorosas. Ademas utilizan narraciones en primera persona y personajes del mismo rango de edad del lector para hacerle empatizar con la historia.
¿Se pueden entonces clasificar como distopías?
Considerar 1984 y Los Juegos del hambre dentro del mismo subgénero literario puede sorprender a más de uno, ya que resulta poco creíble que la sociedad acepte un mundo falsamente utópico donde haya este tipo de reality shows en el que los jóvenes son obligados a matarse.
Las distopías (a secas) suelen construir un mundo exacerbando una tendencia negativa de nuestro presente, con el objetivo de incitarnos a actuar y evitar que ese futuro distópico ocurra realmente (ver ¿qué es distopía?). Los mundos de las distopías adolescentes o juveniles más conocidas no presentan ningún vínculo con el presente, a veces la trama es puramente post apocalíptica o se vuelve una historia de mutantes o invasiones extraterrestres.
Pero cada día adhiero más al concepto sobre los géneros de Yolanda López, la presidenta de la Asociación de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror de Castilla y León (@GusapirA en Twitter). Su teoría es que debemos dejar esas clasificaciones de libros a nuestro criterio personal, y que esas etiquetas solo existen para poder ayudar a clasificar los libros en las estanterías de bibliotecas y librerías.
Algo similar a lo que el escritor Norman Spirand, famoso escritor de ciencia ficción decía sobre el género de la ciencia ficción: «Es todo lo que se publica bajo la etiqueta de CF y se coloca en una librería en las estanterías de CF.» He recuperado esta cita de un artículo que Susana Vallejo escribió en septiembre de 2020. En él, Susana defiende que estas obras juveniles sean clasificadas como distopías. Y es cierto que las distopías adolescentes tienen un fondo de rebelión con símbolos que pueden ser exportados a nuestra realidad, como lo fueron V de Vendetta o El cuento de la criada.
Es evidente que la distopía y la distopía adolescente o juvenil tienen muchas similitudes, en ambas el personaje descubre y lucha contra un sistema que no le conviene, sea cual su edad y su madurez emocional. Por mí, están bien clasificadas, siempre y cuando se avise a los lectores de que se trata de ficción juvenil.
¿Es realmente recomendable leer o ver distopía adolescente y juvenil?
Siempre he pensado que los finales felices de la distopía adolescente eran poco creíbles. Parece difícil entender que baste con una protagonista empoderada dentro de un triángulo amoroso para derrocar al gobierno opresor (es el caso de Juegos del Hambre). De hecho, cuanto más lo pienso, más creo que podría ser pernicioso para la juventud creer que basta con ser un «influencer» (como Katniss) para cambiar el mundo.
Pero aunque ese final feliz parezca irrealista, transmite a los jóvenes un cierto empoderamiento sobre su capacidad a cambiar las cosas y a superar problemas, por lo que no creo que sea realmente pernicioso.
Encambio hay otra tendencia que se les critica más a las distopías adolescentes. Dicen que todos los fans de Harry Potter y de Narnia quieren ir a Hogwarts y a Narnia. Pero los fans de «Juegos el hambre» están muy bien en nuestro presente. Como nos recuerda Francisco Martorell en su ensayo «Contra las distopías», la distopía alimentaría el conformismo y renforzaría la pasividad. Y es cierto que para un lector joven el mundo de esas distopías juveniles se presenta simplificadamente malo. No hay tantos grises como en nuestra realidad, con centenas de filosofías, partidos políticos e influencias ocultas. Por lo que es mucho más fácil para un joven sentirse atraído por ellas en forma de escapismo y entretenimiento, haciéndoles inconscientemente aceptar más fácilmente el presente.
Lo que es evidente es que estas distopías tienen los ingredientes de acción y emoción ideales que hacen que los jóvenes actuales se interesen en ellas. Y si eso hace que pasen del medio audiovisual a la lectura (e incluso a la lectura de distopías clásicas), bienvenidas sean!
Conclusión sobre las distopías juveniles o adolescentes
Juan Manuel Santiago indica en el artículo que dejo más abajo:
«La distopía adolescente o juvenil ya forma parte de la cultura pop y del canon cultural del siglo XXI, como en su momento lo fueron series franquicia emblemáticas como Harry Potter, Crepúsculo, Canción de Hielo y Fuego»
Cierto, es una moda que dura, pero como él dice: «Las distopías van a más en tiempo de crisis, porque son la literatura del inconformismo. (…) Por oportunismo, el incoformismo vende.«
Para mí, no hay que excluirlas del subgénero de la distopía siempre que haya esa rebelión. Aunque luego se convierta en una aventura para huir de zombies, extraterrestes, mutantes…😉. Si además consigue que tengan confianza en su capacidad de construir el futuro, no puedo ser más favorable.
Eso no quiere decir que todas las historias me parezcan bien, que todos los mensajes que transmiten sean aconsejables para jóvenes, ni tampoco que no debamos ser críticos sobre cómo la distopía se convierte en un producto de merchandising.
Tengo la esperanza de que estos libros y películas sean seguidos por la lectura de otras historias que no se queden sólo en el terreno de la rebeldía y la aventura. Y espero que mi blog ayude a aquellos que estén buscando descubrir el resto de distopías. Siempre pueden contactarme.
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Referencias para este artículo y agradecimientos:
1/ La conferencia de Juan Manuel Santiago (texto y vídeo de 2013) – gracias por habérmelos compartido: Las distopías juveniles: ¿un género aparte?
2/ El texto de la conferencia de Susana Vallejo sobre la literatura distópica para el XXXVI Encuentro de Escritores y Críticos de las Letras Españolas de Verines. Gracias por habérmelo compartido:
https://www.culturaydeporte.gob.es/lectura/pdf/vallejo-.pdf
La foto de la portada es de Zaenuddinahmad67, encontrada en Pixabay. La foto de las manos con la marca de rebelión tipo Juegos del Hambre es de Paye Sone Htun encontrada en Unsplash. Y la foto de las muchachas leyendo en sus móviles es de Gary Cassel encontrada en Pixabay.
